Amparo Gal y su esposo Enrique Granados.
Amparo Gal era la esposa de Enrique Granados. Falleció tragada por las aguas del Canal de la Mancha, abrazada a su marido en marzo de 1916.
Entre otros regalos, el compositor recibió una copa de plata y cuatro mil dólares que fueron a parar a los ahorrativos y prácticos bolsillos de Amparo. El remate de aquel éxito fue la invitación del presidente Woodrow Wilson a la Casa Blanca para saludarles y expresarles su admiración.
Fragmento de Manila Hotel.
Estado en que quedó el Sussex después de ser torpedeado por un submarino alemán
En la novela Manila Hotel se cuenta que regresaba feliz a Barcelona después del tremendo éxito del compositor en Nueva York. En su equipaje llevaba la ilusión de que la carrera de Granados iba a despegar mundialmente…
Amparo, en su bonhomía, era la única que podía serenarle en aquellas circunstancias, ella era su báculo y su placebo, sus palabras se le antojaban como soplos de aire suave y tenue, cuya sutileza le invadía deliciosamente de paz y serenidad; un interludio de complacencia que le encantaba.
Fragmento de Manila Hotel.
La novela relata su viaje a Nueva York, su paso por Londres y el momento trágico de su muerte.
Amparo no daba abasto para elegir qué ponerse en cada ocasión; Enrique retocaba la obra revisando corcheas y fusas, tratando de buscar la excelencia en el mar del pentagrama y de paso volver locos a los músicos. Para colmo, el administrador del Metropolitan, Giulio Gatti-Casazza, le comentó a Granados la conveniencia de componer un interludio para la ópera.
Fragmento de Manila Hotel
En el Vendrell, Granados, Amparo, Pau Casals, Guillermina Suggia y Miecio Horszowsky. (1910)