Un gran policía y un mejor amigo. Es el protector de «JB» y su maestro investigador.
Enrique Ripoll tenía alma de marinero, la vela no fue su profesión, fue una parte elegida e importante de su destino.
Manila Hotel. Fragmento.
Foto cedida por la familia Ripoll
Enrique María Ripoll era un cincuentón de nariz prominente, pelo canoso, no muy alto, delgado, flexible como un bambú, amante de la náutica y un eficaz policía.
Manila Hotel. Fragmento
Enrique Ripoll. Foto cedida por la familia Ripoll
De lo que nunca me informaba era de los asuntos de la Brigada Político Social; sabía que yo no comulgaba demasiado o nada con las represiones del sistema y Ripoll, elegantemente, evitaba que me sintiera ofendido, aunque también lo hacía para protegerme. “Cuanto menos sepas de eso, mucho mejor”, me decía.
Manila Hotel. Fragmento.