Ruth es la estrella de la novela. Una viuda muy especial. El amor imposible de JB, porque ella busca a alguien muy especial… con cuenta corriente de muchas cifras.
Sonrió de nuevo, abrió la puerta del conductor, se subió la falda por encima de los muslos y se sentó con ciertos apuros, enseñando aquellas sugerentes piernas, el liguero y su prenda más íntima.
Fragmento de Manila Hotel.
A Ruth le encanta la lencería bonita y cara, las cenas en el Manila y las veladas con JB.
Tenía la seguridad de que con Ruth, como con cualquier mujer a quien se ame, lo importante es hacerles vivir el presente, día a día. Enamorarlas y quererlas a diario.
Fragmento de Manila Hotel
… y a ser posible de Chantelle y comprada en París.
Las comidas íntimas con Ruth, terminaban siempre de la misma forma, con un pase de modelos de lencería carísima de Chantelle o Empreinte Un espectáculo apasionante…
Fragmento de Manila Hotel.
Era bella, muy bella, elegante, con una buena educación y con un estilo capaz de competir con la mismísima princesa de Mónaco. Si Grace Kelly había llegado al trono de los Grimaldi, Ruth podía llegar a ser la esposa de un millonario yanqui, de un naviero importante o de un lord inglés.
Fragmento de Manila Hotel
Empecé a quitárselas lentamente, ella se recostó en la cama y flexionó una de sus piernas para facilitar la extracción. Jadeaba impaciente. Las seguí bajando, el pubis asomaba nada indecente por la puntilla de la goma…
… Al final de la noche yacían sobre la mesita, todavía húmedas, ingenuamente arrugadas, y algo cedidas.
Fragmento de Manila Hotel
Me regaló su ropa interior y tuve que acompañarla a su casa sin ella puesta. Paramos un par de veces durante el camino y nos regalamos con la visón de Barcelona amaneciendo y con las caricias más sentidas. Cuando los dedos se hacen cómplices y los besos horizonte.
Fragmento de Manila Hotel
Prisionera en el frasco de silueta y etiquetas orientales flotaba una pequeña madera, supuestamente de palosanto, que daba nombre al perfume. Así me sentía yo, prisionero en la esencia de Ruth.
Fragmento de Manila Hotel
Me encantaba la sinceridad de Ruth. Era una mujer práctica, adelantada a su tiempo, recién entrada en los treinta y dispuesta a ser multimillonaria y de nuevo viuda, antes de los cuarenta.
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